jueves, 5 de diciembre de 2013
Erotismo
No quería hablar, solo quería poseerla, así que la cogí de las muñecas para que no pudiera moverse y la puse contra la pared, dejándola totalmente a mi voluntad.
La besé el cuello, se lo mordí, notaba como sus pulsaciones aumentaban y como sus brazos hacían fuerza para liberarse de mis manos, pero yo era más fuerte que ella y no pensaba dejar que llevase el control. Necesitaba las manos asi que la llevé a la habitación y con un pañuelo até sus muñecas al cabecero de la cama.
Era totalmente mía.
Bajé, arañé su espalda mientras mordía sus pezones. Mientras mi lengua disfrutaba de aquel momento mis dedos fueron bajando muy lentamente, disfrutando de cada milímetro de piel, hasta que llegué abajo, y como no, ella estaba totalmente extasiada. Yo sabía que quería que la hiciese totalmente mía, pero las cosas no iban a ir tan rápido, este era mi momento y no iba a tener la benevolencia de acabar cuanto antes, por lo que me quedé ahí, acariciando, jugueteando, dejando que fuese la lengua la que llevase el ritmo de sus contracciones. Fue cuando ya no pudo más cuando la metí los dedos, rápido, fuerte, sin parar, sin darle una tregua para respirar.
Gritaba, tiraba del pañuelo para liberarse, pero estaba bien sujeta. Sabía que estaba deseando soltarse, llenarme la espalda de marcas y no soltarme, gritarme al oído y moverse pegada a mi, y el no poder hacerlo, la excitaba aún más. Y al final, cuando ya no podía más, arqueó la espalda y tras un largo grito, cayó, perdiendo toda la tensión de sus brazos, quedándose jadeando y agotada en mi cama.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Ni lapiz, ni papel
El alma murió en los rincones de la conciencia. Dejó las últimas páginas de su historia en blanco, sin final, sin creatividad, sin un punto que le diese la distinción de un gran cantar de gesta.
Se convirtió en la ilustre imagen de la muerte arrinconada en los oscuros escondrijos de sus ojos.
No sentía luz, no sentía felicidad. Quería gritar, pero no tenía voz, sentía la impotencia de no poder hacer nada ante el dolor que retumbaba en su pecho sin vida, se creaban ecos de lamentos perdidos, voces que reclamaban los pedazos de la poca humanidad que le quedaba.
No sabía como enfrentarse a la vida, y es que llovía, no es sus ojos, hacia mucho que ni las lágrimas brotaban en sus oscuros ojos, totalmente muertos. No quería vivir, era un alma encerrada en un cuerpo humano, atrapada por los barrotes de los años desgraciados, arrastrada por un viento que solo aumentaba su dolor.
Había intentado vivir, había intentado resurgir, pero las pesadillas habían vuelto para atormentarla, los recuerdos eran demasiados, los lamentos y la culpabilidad, inmensos.
Las estrellas dejaron de guiarla, la luna se había caído del cielo pues no aguantaba más, se sentía perdida, no había lapiz, ni papel, algo dejó de funcionar en su cabeza en el momento en el que el pasado resurgió, ya no sentía nada. Y asustaba, daba pánico perderse a si mismo, no veía luz alguna que le diese la mano una vez más.
Estaba cansada de luchar, cansada de caminar. Por lo que se exilió en el reino de los muertos, dejó que fuesen los años los que fuesen disipando de alguna forma el veneno que se había anclado a su corazón, se dejó caer... Se dejó llevar por el olvido.
sábado, 16 de noviembre de 2013
Gritos silenciosos
Esa era la emoción que se había apoderado de ella, algo que hacía un gran tiempo que no sentía había vuelto. Luchaba por mantener su cerebro ocupado, sabía que así conseguiría mantener a ralla todos esos pensamientos con los que mantenía un batalla infernal... Era un roce, un acercamiento cercano a la desesperación que se había aferrado ferozmente en su corazón.
Un tic-tac lejano sonaba, pero no en un reloj, sino en su cabeza. Un movimiento que convertía en estremecimiento cada sonido, y es que esta vez la amenaza, era real. No se trataba de un pensamiento o incluso un sentimiento, no era un "¿qué?" sino un "¿quién?", y eso, lo hacía más difícil. Sabía como pelear contra los pensamientos, sabía vencer al dolor y aplacar lo justo a la tristeza, pero ¿cómo se lucha contra una persona de carne y hueso? lo desconocía... Y eso le aterraba, hacía que se sintiese frágil.
Hace algún tiempo que comprendió que los fantasmas solo están en las cabezas de las propias personas, comprendió que la luz se puede encontrar incluso en los rincones más oscuros del alma y gracias a eso consiguió volver a sentir que tenía las riendas de su vida, pensando de esa forma que ella era quien controlaba su destino. Era alguien que luchaba contra los monstruos que se escondían bajo la cama, nacida para soñar, siempre llevó el arte en su piel, recorría su cuerpo como la sangre y llenaba su corazón. Conocía el significado de amar, las verdaderas lágrimas de dolor, la crueldad con la que la vida podía llegar a golpear. Aprendió a envolver su corazón del más duro diamante para evitar la vulnerabilidad, sacó de las palabras el consuelo que necesitaba, se volvió fría. Hasta que se cansó. De nada servía convertirse en un ser incapaz de sentir nada salvo desconfianza y dolor, por lo que volvió a ser alguien con un corazón abierto, pero prudente, al fin y al cabo sabía como era la realidad. Ya no era una niña.
Emociones. Siempre habían estado muy latentes en ella, era alguien realmente emocional, con una gran capacidad para sentir empatía y cuando se dio cuenta de ello lo usó para crecer como persona. Esa capacidad emocional aumentó su faceta artística e hizo de ella una persona más fuerte y sensata. El poder estaba en su mente, era capaz de destacar sobre el resto de la gente y lo sabía. Quería dejar su huella en un mundo que perdía la esperanza. Se volvió segura.
Por esa razón volver a sentir miedo la bloqueaba, hacía demasiado tiempo que no le daba realmente miedo perder a alguien... Y estaba aterrada. Lo único que podía hacer era esperar, esperar entre cuatro paredes despiadadas que hacían que de nada sirviera todo lo aprendido años atrás. No controlaba su mente, no sabía qué pasaría ni era capaz de aferrarse a lo que sabía.
¿Y si volvían los fantasmas? ¿y si perdía la confianza? no quería ni pensarlo, por lo que lanzaba gritos silenciosos a una oscuridad demasiado vacía. No había sueños, no había luz, no en ese momento, solo podía sentir un miedo demasiado humano ahogado en los gritos de una espera interminable.
Lo apostaba todo, se había cansado de ir a medias, sabía que para ganar había que arriesgar y era plenamente consciente de qué pasaría si perdía, pero tenía que intentarlo. Ya no era un simple juego, y eso era peligroso. Si perdía sabía que su demonio podía volver, podía romper todas las cadenas con las que se le había encadenado y resurgir.
Podía convertirse en un monstruo, ya lo había sido antes, cuando todo estaba oscuro dejó que su bestia interior la dominase haciendo que llegase a preguntarse en qué se había convertido, no quería tener que volver a hacerlo.
Renació, o más bien se recuperó, de todo, de todos... Curó sus heridas en la medida de lo posible, las cosió, las vendó, esperó un tiempo y volvió a salir al mundo, surgiendo lo que era ahora, una chica con una gran capacidad para ver la luz de las personas... Pero también su oscuridad.
De nada le servían la gran mayoría de esas cosas ahora mismo, la espera era una despiadada jugadora y experimentaba con sus emociones. No era fácil hacerla frente cuando ponía a su corazón como un arma dispuesta a masacrarla.
Volvió a su castillo de fantasía intentado olvidarse de su vida durante el tiempo necesario. Pero una pregunta no dejaba de acosarla tras los campos ilusión; ¿quién ganaría? ¿el ángel o el demonio?
y en caso de perder... ¿renacería el monstruo humano?
Miedo.
El peor enemigo de la humanidad mantenía una silenciosa batalla es su cabeza.
Luchaba por la desesperación, mientras que ella se aferraba con dientes y garras a la ilusión.
sábado, 19 de octubre de 2013
Mar de sueños
Estaba tumbada en su cama, observando su habitación en la más secreta oscuridad. Dejaba que la música fuese acorde a sus pensamientos, bañanando esa habitación oscura en un sueño de color. Y por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa se dejó ver en su rostro.
Notaba cómo su vida empezaba ha tener un sentido que antes nunca había llegado ha encontrar, y eso hacía que se sentiese con fuerzas para poder enfrentarse al mundo, porque sabía que ya no estaba sola.
Ya no había recuerdos que la torturasen, no había pesadillas que la despertasen entre lágrimas al despuntar el alba, no había dolor. Y es que a pesar de todo lo que había pasado, se sentía bien.
Sus pensamientos cabalgaban al son del rasgueo de una guitarra, dejaba que fuese una voz la que la llevase al más alto de los cielos, se envolvió en sus deseos con la certeza de que las cosas irían bien, porque no había nada que temer, no había lágrimas que derramar, ni cadenas que romper.
Y así, dejó que sus ojos se cerrasen bajo un velo de seguridad, dejando que la música que desprendían sus auriculares la llevasen por un mar de sueños, haciendo de su imaginación su buque insigne y de su alma su capitán.
domingo, 13 de octubre de 2013
Tiempo al tiempo
Te echo de menos, pero no te quiero de vuelta.
Te sigo queriendo, y eso lo hace doloroso.
Quiero olvidarte, el dolor es demasiado grande.
Quiero volver a sonreír, quiero volver a mi antigua alegría pero me cuesta. Los días se han vuelto grises sin tu mirada. Y aunque fui yo la que terminó con esto, me cuesta olvidarte.
Me hiciste daño, muchísimo daño, y eso fue lo único que te pedí que no me hicieses. Has jugado con mi corazón, he sido tu muñeco durante meses, bailando al son de tus palabras, y al final el dolor era demasiado insoportable.
Solo quiero olvidar, y eso se lo dejo al tiempo, que cure él las heridas, que olvide todo el daño que me hiciste... Que deje de echar de menos tus besos.
Pero de momento, hasta que ese día llegue, solo puedo levantarme y luchar.
domingo, 6 de octubre de 2013
A veces
A veces no es la ruptura lo que duele. A veces lo que duele es darse cuenta de que han jugado contigo. A veces lo que duele es saber que lo diste todo y que te hicieron quedar como el monstruo. A veces lo que duele es haber soltado lágrimas por mentiras...
Hay veces, en las que lo que duele, es ver la indiferencia que significa lo poco que ya importabas.
Hay veces que estás roto por todo el dolor, y solo quieres expulsarlo todo con un grito desgarrador.
lunes, 12 de agosto de 2013
Érase una vez...
Érase una vez una historia como cualquier otra, la historia de una chica inconformista tan normal como cualquier otra.
La chica siempre se había sentido sola, como si no encajase en ningún lugar, sí, era una incomprendida más, alguien que no encontraba su camino y cada vez se sentía más perdida. Se alejaba de este mundo abstrayéndose en sus libros y sus dibujos, sin saber qué haría el día de mañana, sin un plan que seguir.
Era objeto de burlas, no era la chica popular, no había una fila de gente a sus puertas, era diferente... Era especial, y un buen día se dio cuenta de que eso era maravilloso y lo convirtió en su escudo, ignoraba las risas, perfeccionaba sus escritos, sus dibujos... Pero seguía sin sentirse llena.
Ésta chica necesitaba un estímulo que le hiciese sentie que valía para algo, y... Un buen día, conoció a alguien que le cambió la vida. Esa persona hizo de la chica tímida una persona con ganas de comerse el mundo, le enseñó a amar el teatro y le demostró que ese era su mundo. "Tienes una actriz en tu interior" fueron sus palabras, y por primera vez se sintió única, hizo que alguien se sintiese orgullosa de ella y aprendió a ser quién era sin miedo, decidió que ese escenario sería su vida pues se había convertido en su faro de luz.
Esa persona potenció y exprimió todo lo que pudo el lado artístico que tenía la muchacha, porque después de todo ella siempre fue una artista dispuesta a demostrar lo que valía.
Y así, armada con un alma luchadora y un espíritu creativo salió al mundo para demostrar que podía, que con talento y esfuerzo puedes llegar a donde te propongas. "Eso no da dinero" "Nadie lo consigue", han sido muchas las veces que le han dicho eso, y sabe que lo seguirá escuchando... Pero le da igual porque por una vez encontró aquello que hacía que se sintiese totalmente viva, indestructible. Y fue por eso por lo que declaró que lo conseguiría.
Y aún así... Seguía sintiendo que le faltaba algo, ese amor que tanto deseaba y que encontró en la persona más inesperada, ¿por qué?, porque amigos, ésta chica tras muchas dudas y muchos pensamientos se dio cuenta de que quería pasar el resto de su vida con una mujer, y al cabo de los meses, se enamoró.
Se enamoró de una princesa que convirtió su cuento en un mundo de color y es que la primera vez que la vio, pensó que tenía que ser suya, y a día de hoy sigue pensando que es la persona que la hizo alzar el vuelo para poder tocar el cielo azul. Se convirtió en la princesa de su cuento y en la reina de su corazón.
Ahora, la chica se siente llena en todos los aspectos, ha dejado la soledad que siempre la aconpañó a un lado y sabe que puede comerse el mundo, que puede crear, enseñar, emocionar... Aprendió que ser valiente es enfrentarte a todo lo que te pone la vida por delante y seguir con la cabeza bien alta.
Sabe que su camino no es facil, pero es artista, y si algo ha caracterizado siempre a los artistas es ese toque de locura soñadora.
Ésta chica, hoy en día, es feliz y tiene claro lo que quiere hacer con su vida, sabe que no será fácil pero que merece la pena luchar. Como artista nació, y como artista morirá. Y se enfrentará al mundo con su propia creatividad, hará de su vida su propio mundo mágico.
Al fin y al cabo, es una loca soñadora dispuesta a comerse el mundo.
lunes, 8 de julio de 2013
Amor
¿Qué hay en el amor que nos haga sentir tan bien? ¿Un beso, un abrazo, una sonrisa?
El amor va mucho más lejos de los gestos físicos de cariño, encuentras a una persona que te hace sentir mejor con tan solo su presencia, es hermoso y aterrador.
Amar es ser capaz de sacrificarte para que dicha persona sea feliz, es tragarte un orgullo demasiado grande y admitir que las cosas no salen siempre como queremos. Admitir los errores, pelear con tu propia alma en una batalla de emociones en la que no sabes si será la mente o el corazón lo que gane.
Eres consciente de que existe un riesgo, y es que puedes acabar destruyéndote pero te ariesgas, expones tu corazón en unos recuerdos que pueden ser la causa de tu alegría o la razón de noches de confesiones ahogadas en una almohada.
Amar es darle a esa persona el poder para destruirte y confiar tanto en ella que al final estás seguro de que no lo hará. Entregas tu alma y tu vida a esa persona, le regalas tu corazón en una caja con la esperanza de que lo cure de tanto dolor.
¿Puedes salir perdiendo? Sí, a final, puede que tu corazón vuelva con más cicatrices de las que tenía... O puede que no. Las cosas puedes salir bien si somos lo suficientemente fuertes y conscientes de ellas, no hay nada imposible para unos ideales bien determinados. Por eso nos arriesgamos, juramos que saldrá bien, que será diferente, y eso depende únicamente de nosotros. ¿Quieres demostrar que eres fuerte? Ten el valor de enfrentarte una vez más a la luz del sol.
Nadie dijo nunca que el amor fuese facil. Pero resulta que el ser humano no suele buscar lo facil, lo que facil llega, facil se va. Puede merecer la pena si hace que te sientas lleno, si al acabar el día descubres que por muy mal que hayan ido las cosas su sonrisa ejerce un efecto tranquilizante en ti merecerá la pena.
Porque hay momentos malos, pero no significa que no se puedan superar. Pon un corazón dispuesto, un sentimiento sincero, un par de convicciones, una meta, y tendrás tu premio, superarás los problemas y serás capaz de alzarte más fuerte y seguro que nunca.
Una persona me dijo una vez que las cosas no pueden ir mal siempre, en algún momento tienen que mejorar.
Y es cierto. Amar es arriesgado, sí, pero también es la mayor fuente de fuerza que puede surgir en ti. Y es que no hay poder más grande que el de desear con todas tus fuerzas ver feliz a alguien.
martes, 18 de junio de 2013
Choque de realidad
Era cada vez más difícil. Cada lágrima. Cada palabra. Eran movimientos indefinidos de una lucha constante. La lucha por vivir.
Quería sobrevivir, quería demostrar que era mucho más que una chica asustada y cabizbaja, estaba cansada de ser la persona de menor importancia, como si fuera un ratón rodeado de gatos cuando nunca fue un ratón, si no un león. Ya se había cansado de vivir siempre a la sombra de los demás, quería triunfar, quería brillar... Pero cuando parecía que daba un paso hacía delante las sombras se cernían sobre ella y la historia volvía a repetirse. "La pobre chica de la historia triste y cruel", ya estaba cansada de aquel cuento y de no resultar más que una decepción constante. Tenía el poder de hacer que las palabras fluyesen sobre un fondo blanco como un río de tinta y según tenía entendido también tenía el poder de mostrar algo frente a los focos... Pero nada más. Parecía que su vida giraba en un infinito enigma en el que las dudas eran mayores que las respuestas. Y es que no era capaz de conseguir que la gente creyera en ella, todo parecía un mero pasatiempo del que nadie confiaba... Una simple ilusión insostenible.
Y ahora que empezaba a avanzar hacia delante, pasito a pasito en dirección a su sueño, se sentía perdida y llena de miedo. Y es que al parecer tanta falta de fe habían hecho mella en su alma convirtiéndola en una persona con escasez de autoconfianza.
Su alma, su corazón... Siempre estuvieron dañados, siempre tuvieron heridas que no se han curado. Era una persona herida con un miedo atroz a perder a la persona que más quería y a volver a esa oscura soledad.
No era más que un sueño sin sentido que cada vez se hacía más pesado. No era más que una sombra en la pared, una ilusión inalcanzable.
sábado, 11 de mayo de 2013
Respuestas en el viento
Ella se encontraba tumbada en la cama, mirando la pintura cada vez más desgastada de la pared, pensaba en cómo sería su vida si nada hubiera pasado, o si hubiera pasado de otra manera. Se sentía sola, necesitaba volver a ver la sonrisa que tanto la había hechizado, pero eso cada vez estaba más y más lejos, con cada nuevo daño la distancia aumentaba, se encontraba perdida, rota ante una humanidad cada vez más inhumana.
Se levantó y salió de la casa, dirigiéndose al sitio especial al que siempre iba cuando se encontraba así, un lugar donde nadie podía encontrarla, donde su vida era totalmente suya y sólo dependía de ella.
El sol cada vez estaba más alto y el viento soplaba, pero ella ni siquiera lo sentía, ¿A eso había llegado? ¿A no sentir ni la llamada del viento? Ya nada la llenaba, no sentía el calor del sol ni la alegría del escenario.
Ni siquiera había oscuridad, se sentía tan vacía y tan sola que ni la soledad se había molestado en llamarla. Y es que la necesitaba, tenía la necesidad de sentir aquella sonrisa otra vez, necesitaba su mirada tanto como necesitaba el oxígeno para vivir. Y hacía todo lo posibe por mantenerla feliz... Pero parecía que no era suficiente.
¿Llegaría a ser alguien? ¿Podría demostrar a todos que se equivocaban? Ya no estaba segura de nada, su sueño empezaba a fragmentarse y empezaba a pensar que no era más que una persona corriente con un sueño demasiado grande. No sentía nada, nada salvo la incertidumbre de un corazón sin rumbo.
Se sentó mirando hacia el horizonte y se quedó quieta, intentando escuchar las voces que traía el viento, ellas podían llevarle las respuestas que necesitaba si era capaz de volver a prestar atención. Y tal vez, con eso, volvería a sentir el calor del sol... Tal vez, volvería a ver su sonrisa mágica y sus ojos llenos de amor.
miércoles, 24 de abril de 2013
Una sombra en la pared
Siento que no soy más que una sombra proyectada en la pared. Siempre viviendo en lo bajo, siendo los demás los que se llevan la felicitación o la alegría pero, ¿y yo?. Siempre se me ha juzgado por mis notas y comparado con mis amigos, y lo cierto es que yo nunca he sido una estudiante excepcional, aunque eso no marca mi inteligencia... Pero eso no lo ven.
Es mucho más facil felicitar al que lo hace bien que animar al que lo hace mal pero se esfuerza. Y ya estoy cansada, quiero demostrar que valgo tanto o más como los otros, y quiero brillar, quiero ser alguien.
Puede que sea una persona con un sueño demasiado grande, pero ese sueño es lo que me impulsa a seguir cada día, porque quiero desmostrarles a todos los que dijeron que no podría conseguirlo, que lo he hecho, que con mi esfuerzo he llegado hasta la mismísima cima y que he tocado el cielo.
Por una vez siento que valgo para algo. Por una vez me siento infinita, indestructible. Y nadie me arrebatará eso.
Ya me he cansado de ser la que vive en las sombras, ya me he cansado de ser siempre la peor, se acabó. Esta vez les demostraré a todos que valgo para algo, que puedo ser alguien.
lunes, 22 de abril de 2013
Dioses y hombres P.2
Hombres
El campo era una vasta planicie verde que rebosaba de intranquilidad. Nada se oía, ni el cantar de los pájaros, ni el hablar de los hombres, sólo silencio. Un silencio ahogado por la respiración de los caballos.
Los hombres se encontraban en un extremo de la pradera, la vanguardia sobre unos grandes caballos de batalla y la retaguardia cubierta con hombres a pie que sostenían espadas, escudos y arcos. Se preparaban para la batalla.
Estaban inquietos, los caballos relinchaban y los hombres cada vez tenían la respiración más agitada, las lanzas chocaban contra los escudos y el silencio cada vez se hacía más intenso. Sólo una persona esperaba tranquila, con la seguridad y serenidad de un león.
El rey que comandaba a sus ejércitos se encontraba seguro sobre su caballo, adelantado al resto de los hombres y con sus vasallos de mayor confianza a sus lados.
Mientras sostenía las riendas de forma firme pensaba en la batalla que se avecinaba, y en sus ojos cruzó un rayo de tristeza.
El rey no era partidario de aquella guerra, no le gustaba tener que arrancarle la vida a personas inocentes por pura codicia, pero no le habían dejado alternativa. Cuando invadieron sus tierras envió una advertencia al atacante, "El conquistador" se hacía llamar, pero éste no hizo caso y siguió invadiendo, pretendía hacerse con todo el reino y cuando sus ciudadanos empezaron a correr peligro, el rey se vio obligado a llamar a sus banderizos para defender su reino.
No le gustaba aquello, siempre había sido una persona fiel a los dioses y era consciente de que no se debía derramar sangre en esas tierras. Pero no le habían dejado ninguna opción.
El conquistador apareció en el otro extremo de campo. Los dioses tendrían que esperar, no podía estar distraído. Levantó la espada y con un golpe de talón inició el galope con todo su ejército a sus espaldas.
Dioses y hombres P.1
Dioses
Nunca el viento había soplado de una forma tan salvaje y cruel, parecía que los dioses estaban castigando a los mortales paganos con una ráfaga que rugía entre los muros de los castillos y las casas. Esas tierras habían sido regadas con sangre y ahora los hombres recogían lo que habían sembrado en forma de lluvia, viento y trueno.
No se debía ofender a los dioses, el oráculo había sido claro con los hombres; no debían manchar la tierra durante ese ciclo lunar, había sido claro, una predicción que formaba una advertencia de las deidades. Pero los hombres son arrogantes y ya no oyen las palabras de los sagrados en el viento, no ven su poder en el agua, ya no les atribuyen los frutos de primavera ni piden piedad por las nieves del invierno. Se ignoraban sus voces y ahora los hombres mortales e insensatos, preocupados por las guerras de carne y hueso, habían ensuciado una tierra sagrada causando una furia por la que tendrían que pagar.
Ellos habían sido buenos con los hombres, les habían dado una tierra en la que vivir, un futuro próspero en que lo tenían todo. Pero los humanos, se corrompen con facilidad. Ignoraron los regalos y los dones que les había sido concedidos, se volvieron codiciosos y ambiciosos, desolaron la tierra que se les había otorgado y con cada hueso roto perdían cada vez más los vestigios de su humanidad, con cada gota de sangre los dioses se sentían ofendidos porque sus creaciones no sabían aprovechar lo que tenían. Y con cada cráneo partido, su furia crecía.
Ahora, los hombres se hallaban en medio de una guerra, bañando los campos sagrados con sangre y acrecentando la ira de los dioses
jueves, 11 de abril de 2013
Luna sin estrellas
Tristeza es la palabra que me define desde hace días, y es que anhelo como eran las cosas hace unas semanas. Antes reía conmigo, se mostraba cariñosa como si fuera el amor de su vida. Pero ahora, ¿qué queda ahora? Conversaciones vacías, sin gestos de amor...
Quiero que sea feliz, pero yo también necesito estar bien y últimamente la tristeza parece ser el lema de mi vida. Me siento sola, no soy más que una luna en un cielo sin estrellas... El dolor no hace más que salir de mis ojos y soy incapaz de ponerme la máscara de felicidad. No me quedan fuerzas para fingir estar bien. Pero guardo la esperanza de que las cosas volverán a cambiar, quiero creer que volverá a mirarme con el amor que había antes en sus ojos, que volverá a buscar el tacto de mi piel con abrazos...
La vida sin su sonrisa me parece fría y gris. Necesito volver a ver el cariño que antes me mostraba... Sentir felicidad al verla y no una profunda tristeza por ver que en su cara no hay más que una profunda seriedad.
Me siento sola, perdida en un mar de gente dónde ella es el faro que me ilumina.... Un faro que desde hace semanas está apagado... Desierto.
martes, 26 de marzo de 2013
Luz y oscuridad
- "¿Qué harás ahora? La estás perdiendo, sin ella estás perdida"
- Puedo recuperarla
- "¿Enserio? Cada vez se aleja más, cada vez el dolor es mayor."
- La necesito... Haré lo que sea por recuperarla.
- "Vamos, déjalo. Llevas muchos años viviendo en el dolor. Vuelve conmigo"
- ¿Para qué Soledad? ¿Para volver a perderme en tu oscuridad? ¿Para volver a no verle el sentido a nada? No... Ella me salva de ti.
- "Ella está cada vez más lejos de ti. Creciste en la oscuridad. Olvídala, ríndete y ven"
- No... No puedo rendirme, tengo que seguir.
- "¿Por qué sigues luchando? Aún cuando ves que tu vida se desmorona te resistes ¿por qué? ¿Qué te hace seguir fuerte?"
- Ella
- "¿Incluso cuando ves que la pierdes? ¿Por qué?"
- Porque la quiero. Porque es su sonrisa lo que me aleja de ti... Es mi luz
lunes, 25 de marzo de 2013
Retorno
Oscuridad, vieja enemiga. ¿Vienes a llevarme otra vez entre tus brazos de soledad?...
Tengo a mi propio rayo de luz que se encarga de disipar todo ese mal, pero a veces es ese rayo el que se torna en dolor. Es la razón de mi luz pero también la de mi oscuridad, porque me odio a mi misma cada vez que sé que la he hecho sufrir. Y es que el dolor que me causa hacerla ese mal no puedo curarlo con facilidad. Son sus besos los que curan las viejas heridas de mi alma, y sus lamentos los que llaman al demonio que llevo dentro y que me tortura.
Prometí no hacer que sufriera, ¿y si no lo consigo? Se supone que he de ser la razón de su sonrisa, no de su llanto.
Por muchas lágrimas que yo derrame... Por mucho que me duela saber ciertas cosas, ella sigue siendo el motivo de mi felicidad. Y lucharé por su sonrisa, aunque me lleve la vida.
martes, 19 de marzo de 2013
El sonido de sus dedos
Se quedó apoyada en el marco de la puerta sin hacer ningún ruido, obsevándola en un ensimismamiento que sólo su música era capaz de lograr.
Ella estaba ahí, concentrada mientras sus dedos acariciaban con rapidez las teclas del piano. Era mágico, parecía que nada podía perturbar la paz que se creaba cuando tocaba. Eso la gustaba, la música era su don, cada vez que la veía al piano sentía un torrente de emociones que no veía capaz de controlar. Y eso, la hacía sonreír.
Era increíble, no podía evitar mirarla con una fascinación aduladora. Era perfecta, perfecta para ella. Supo ver a través de su oscuridad y su soledad para llegar a descubrir la belleza de su alma. Fue la musa de sus sueños desde el primer día en que vio sus ojos esmeralda.
Se acercó a ella, y sin que pudiera oirla la abrazó, ella se sobresaltó pero antes de que pudiese decir nada la puso una rosa roja ante sus ojos y ella, sorprendida, la miró a los ojos y la besó, mostrando en ese gesto todo lo que sentía.
martes, 12 de febrero de 2013
Un rayo de luz
"¿Qué se sentiría al volar? siempre me había preguntado como se sentirán esos animales capaces de alejarse de las cosas, de ir a los lugares más recónditos de la tierra. ¿Qué sentirían al ser... libres?"
Una gota cayó del cielo, y después otra, acariciándome la piel hasta que mi cuerpo y el agua se fundieron hasta convertirse en uno. Miré al cielo y dejé que las gotas me mojasen la cara.
"Libertad... añoraba la libertad, hacía tanto tiempo que me sentía atrapada en esta jungla de asfalto que ya no recordaba lo que era liberarse de esas ataduras, sentir que puedes alcanzarlo todo, que no hay obstáculo lo bastante grande como para detenerte. No, yo ya no recordaba eso, me sentía perdida, sin rumbo o destino al que llegar..."
Aparté la vista de las nubes y caminé hasta que ya, cuando me encontré agotada, me senté en un banco de madera que estaba rodeado de arbustos. Miré al horizonte, la basta ciudad de extendía hasta donde mi vista alcanzaba a ver. Fue entonces cuando noté un sabor salado en mi boca, las lágrimas habían empezado a brotar y se resbalaban por mis mejillas.
"...Y la soledad, cada vez era más fuerte, me llamaba deseando que volviera a sus negras entrañas. Me retaba y me tentaba, ella me ofrecía una vida con una extraña calma, un lugar en el que poder llorar sin que le importase a nadie, un pequeño rincón en el que dejar de sentir. Pero yo no quería llorar, quería vivir con una una sonrisa por bandera, y tampoco quería esa falsa paz que me atormentaba y hacía resurgir todos mis demonios. Sólo quería volver a sentirme bien, volver a sentirme libre..."
Tenía la cabeza apoyada en las manos, cerraba los ojos con fuerza intentando eludir los pensamientos que pasaban por mi cabeza y los sentimientos que afloraban en mis ojos. En ese momento levanté la vista y la vi, ahí de pie, empapada por la lluvia, mirándome con sus ojos verdes, que expresaban que ella estaba conmigo, que no estaba sola. Cuando nuestras miradas se juntaron se acercó y me extendió la mano.
"Estaba tan perfecta como siempre, su pelo la caía empapado por la espalda y se le pegaba a la cara, su cara... No mostraba preocupación, sólo quería convencerme de que todo saldría bien. Y... puede que tuviera razón"
Acepté su mano y me levanté, durante un momento nos miramos, hasta que segundos más tarde me acercó hacia ella y me abrazó. Y en la lejanía, unos rayos de sol atravesaron las negras nubes.
"Tenía razón, ahora lo sabía, no estaba sola. Ella estaba conmigo y mientras eso fuera así nada malo ocurriría. Siempre tendría su mano tendida dispuesta a impedirme que cediera ante la soledad y la tristeza. Con ella podía con todo, con el mundo entero. No necesitaba nada más, solamente esa sonrisa que cada día me devolvía la fuerza"
domingo, 10 de febrero de 2013
Quiero pensar que llegaré a ser alguien grande, que es mi destino alcanzar los grandes escenarios.
Ya he oído decir que no lo conseguiré y que no es más que algo de lo que no se puede vivir. Pero eso no me basta. Alguien tiene que conseguirlo y ¿por qué no voy a ser yo?
La gente solo sabe decir eso, "es una tontería" que equivocados están... Si ellos supieran lo que es estar ahí arriba con la luz de los focos iluminándote, viendo todas las miradas puestas en ti, no dirían eso.
Para que crean en ti primero tienes que empezar creyendo tú mismo en ti, tienes que desearlo, ser un incorfosmista que quiere la gloria.
Y no rendirte, nunca.
jueves, 7 de febrero de 2013
Sueños de una noche
miércoles, 23 de enero de 2013
Simple felicidad
Ser felices es más facil de lo que pensamos, sólo tenemos que empezar a ver los pequeños detalles que la vida nos ofrece. El problema es que nos empeñamos en ahogarnos en un vaso de agua, cuando lo más sencillo sería beberse el agua.
Sonreír, algo tan sencillo como mover las comisuras de los labios puede alegrarnos el día, o ¿es que nadie se ha dado cuenta de que su día es más feliz al recibir una sonrisa de ésa persona que tanto te importa? Son los pequeños detalles, los que llamarían insignificantes los que nos hacen disfrutar de esta bella vida.
Vivimos en un mundo lleno de dolor e injusticia y nosotros, humanos ignonarentes, vemos esas miserias antes que ver algo tan sencillo como un niño que rebosa felicidad por algo tan diminuto como que tenga un caramelo. Y es que deberíamos tomar ejemplo de esos niños, esas pequeñas personas que son nuestro futuro. Nunca se les debería quitar la ilusión por hacer cosas, por crear, por expresar, pero se les roba... Esas personas que crecen y empiezan a pensar de forma seria, fijándose sólo en trabajar para vivir, y no en vivir para ser feliz como hacen esos niños.
La felicidad es simple, pero parece que en éste mundo es algo secundario. Y yo no quiero eso, no quiero dejar mi felicidad en un segundo plano.
Tengo un alma artista, rebelde y creativa y no quiero que la banalidad de dicho mundo me arrebate eso.
Soy una soñadora, y sí, puede que esté loca pero ¿y qué? Aquellos a los que llamaron locos en su día fueron los que triunfaron e hicieron historia.
viernes, 11 de enero de 2013
Recuerdos
Había conseguido olvidarme de ti, ya no eras más que un recuerdo demasiado lejano... Algo que estuve persiguiendo durante cinco años, pero que era imposible de alcanzar.
Y justo ahora, que había conseguido alejarte de mi mente, ahora que vuelvo ha sentirme bien conmigo misma... Vuelves. Y es que me han recordado algo que luchaba por olvidar.
Es duro tener tantos recuerdos otra vez, recordarte de nuevo es demasiado doloroso. Ya no eres nada para mi, ni yo para ti, darme cuenta de eso me ha llevado mucho tiempo y a pesar de mis esfuerzos sigues ahí, en alguna parte, esperando para volver ha salir y hacer que recuerde demasiadas cosas...
No puedo volver ha pensar en ti... Adiós, y espero que esta sea la última vez que lo digo