A veces no es la ruptura lo que duele. A veces lo que duele es darse cuenta de que han jugado contigo. A veces lo que duele es saber que lo diste todo y que te hicieron quedar como el monstruo. A veces lo que duele es haber soltado lágrimas por mentiras...
Hay veces, en las que lo que duele, es ver la indiferencia que significa lo poco que ya importabas.
Hay veces que estás roto por todo el dolor, y solo quieres expulsarlo todo con un grito desgarrador.
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