Ser felices es más facil de lo que pensamos, sólo tenemos que empezar a ver los pequeños detalles que la vida nos ofrece. El problema es que nos empeñamos en ahogarnos en un vaso de agua, cuando lo más sencillo sería beberse el agua.
Sonreír, algo tan sencillo como mover las comisuras de los labios puede alegrarnos el día, o ¿es que nadie se ha dado cuenta de que su día es más feliz al recibir una sonrisa de ésa persona que tanto te importa? Son los pequeños detalles, los que llamarían insignificantes los que nos hacen disfrutar de esta bella vida.
Vivimos en un mundo lleno de dolor e injusticia y nosotros, humanos ignonarentes, vemos esas miserias antes que ver algo tan sencillo como un niño que rebosa felicidad por algo tan diminuto como que tenga un caramelo. Y es que deberíamos tomar ejemplo de esos niños, esas pequeñas personas que son nuestro futuro. Nunca se les debería quitar la ilusión por hacer cosas, por crear, por expresar, pero se les roba... Esas personas que crecen y empiezan a pensar de forma seria, fijándose sólo en trabajar para vivir, y no en vivir para ser feliz como hacen esos niños.
La felicidad es simple, pero parece que en éste mundo es algo secundario. Y yo no quiero eso, no quiero dejar mi felicidad en un segundo plano.
Tengo un alma artista, rebelde y creativa y no quiero que la banalidad de dicho mundo me arrebate eso.
Soy una soñadora, y sí, puede que esté loca pero ¿y qué? Aquellos a los que llamaron locos en su día fueron los que triunfaron e hicieron historia.
miércoles, 23 de enero de 2013
Simple felicidad
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