lunes, 25 de marzo de 2013

Retorno

Oscuridad, vieja enemiga. ¿Vienes a llevarme otra vez entre tus brazos de soledad?...
Tengo a mi propio rayo de luz que se encarga de disipar todo ese mal, pero a veces es ese rayo el que se torna en dolor. Es la razón de mi luz pero también la de mi oscuridad, porque me odio a mi misma cada vez que sé que la he hecho sufrir. Y es que el dolor que me causa hacerla ese mal no puedo curarlo con facilidad. Son sus besos los que curan las viejas heridas de mi alma, y sus lamentos los que llaman al demonio que llevo dentro y que me tortura.
Prometí no hacer que sufriera, ¿y si no lo consigo? Se supone que he de ser la razón de su sonrisa, no de su llanto.
Por muchas lágrimas que yo derrame... Por mucho que me duela saber ciertas cosas, ella sigue siendo el motivo de mi felicidad. Y lucharé por su sonrisa, aunque me lleve la vida.

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