Te dedico historias que nunca leerás. Historias aplicadas a las sonrisas que me sacas. Pero tú, que siempre pareces tan distante, tan lejana, a veces me pareces extraña. Eres como un barco que va de puerto en puerto, te vas y luego vuelves, te escondes y yo te busco, suena un poco enrreversado, ¿no? Como el juego del ratón y el gato.
Supongo que esa es tu naturaleza, que eres inexorable e intocable... O que te dejas dominar por un miedo inconcluso y por eso huyes. No lo sé, no llego a comprender el por qué de tu comportamiento, aunque eso lo acepté hace tiempo.
sábado, 3 de mayo de 2014
Historias sin contar
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