Ando en medio de un desierto sin saber qué hacer, ni a donde
ir. La arena se extendiende mas allá de lo que la vista puede alcanzar a ver,
no hay nada, ni palmeras, ni montañas, solo una basta planicie cubierta de
arena. Y yo estoy en medio.
Mi vida es en estos momentos es un foco de indecisión, estoy
perdiendo el interés por las cosas y la desmotivación no me está ayudando nada.
La falta de amor en mi vida me está convirtiendo en una persona más triste, y
la soledad está volviendo a envolver mi corazón, no me siento bien conmigo
misma, es como si cayera otra vez en ese pozo sin salida. Son pocas las personas
con las que realmente quiero estar y más pocas aun con las que quiero hablar.
Todo se ha convertido en una rutina, sonreír cuando te preguntan “¿Qué tal?” y
responder que estás bien, ver a dos personas de la mano y fingir que te da
igual cuando en el fondo eso es como un cuchillo que te atraviesa el corazón,
haciéndote sentir más sola de la que ya te sentías, mirando a tu alrededor y
viendo que eres diferente a todas esas personas…
Ver el escenario es lo único que me alivia, cuando subo y
los focos me enfocan me siento más viva que nunca, soy yo misma, sin fingir,
sin aparentar… Es el momento en el que creo que los sueños pueden hacerse
realidad, el momento en el que vuelvo a creer en todo, el cansancio desaparece
y las ganas de sonreír resurgen. Vuelvo a tener fe en encontrarla a ella, puedo
volver a imaginarme con mi Venus aun que no la conozca. Puedo ser una estrella.
Quiero volver a creer en todo eso, a sentirme bien y a
desear volver a hacer cosas. Quiero volver a sentirme una estrella capaz de
comerse del mundo.
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