Hace años, cuando hablaba con mi tía, esta me pregunto si yo era lesbiana. En ese momento ni si quiera me lo plantee a si que la dije que no. Mi respuesta no fue una negativa porque tuviera miedo y pensara "yo no puedo ser eso" no, jamás he tenido nada en contra de la homosexualidad, es más, la defiendo.
Pasaron unos cuantos años y un día, me vino a la cabeza esa pregunta que me había hecho mi tía antes, y fue entonces cuando me di cuenta de que si esa pregunta se me había pasado por la cabeza de una forma tan repentina sería por algo. Tras darle muchas vueltas a la cabeza decidí que era el momento de sentarse y hablar con migo misma. Es muy duro no saber quien eres, la identidad sexual es algo importante ya que es algo muy intimo, y yo en ese momento no sabía quien era, no sabía lo que quería. Y tras pasar unas cuantas semanas me di cuenta de que me gustaban las mujeres, y de que yo deseaba estar con una.
Yo siempre supe que era diferente al resto de las chicas, y la diferencia en mi opinión, es buena ya que te distingue del resto de las personas. En el fondo de mi cabeza (y de mi corazón) yo sabía que era homosexual, solo necesitaba un pequeño impulso para darme cuenta, y ese impulso me lo dio una amiga al hablar conmigo cuando yo estaba en medio de mi etapa de dudas.
Ahora lo digo libremente, es algo totalmente natural y gracias a Dios no he recibido ningún trato contradictorio por esto, es más, los que lo saben se sienten orgullosos de mi y eso hace que yo me sienta a gusto, y muy contenta.Si alguien esta pasando por esta situación que no tenga miedo de admitir lo que es, porque cuando por fin lo acepte, o se de cuenta, se sentirá liberado, como si te hubieran quitado un peso de encima.
Llevaré mis sentimientos como escudo y bandera, sin temor a los insultos o al rechazo, con la cabeza bien alta y mis colores a la espalda.
Y con tus colores a la espalda girarás la vista y verás que mil y mil más caminan trás de tí.
ResponderEliminarTe quiero Clara
La tía