domingo, 4 de marzo de 2012

por ti


Ayer hizo un mes que te perdimos, un mes desde que tu sonrisa dejó de iluminar la habitación en la que estabas, un mes, que marca el principio de todos los días, meses, y años en los que tú ya no vas a estar con nosotros.

Yo no creo en dios, es algo que todos los que me conocen saben. Pero tú si creías, y por esa razón, espero que estés donde estés leas esto.
Te echo mucho de menos, la tristeza y la pena se superan con el tiempo, pero la verdad es que, aunque tenía muy asumido que tu muerte estaba muy cerca, se me hace muy extraño entrar en la casa y no verte ahí, sentada en el sofá leyendo el periódico o durmiendo. Se me hace raro saber que ya no volveré a verte sonreír, a ver, esa sonrisa llena de alegría. Es muy raro pensar que ya no volverás a decir “la paella estaba sosa” cuando realmente estaba perfecta. Ya no estás, y ahora solo puedo recurrir a los recuerdos.
Recuerdos tales como, estar en la playa y echarme medio bote de crema para que no me quemara, o la copita de vino en navidad que estaba muy rica.
No me puedo creer que ya haya pasado un mes…
Abuela ya no estás, pero quiero que sepas que estoy bien, que tu clarilla está bien. Porque debajo de ese vacío que has dejado, están todos esos recuerdos maravillosos que hemos vivido contigo, las risas, las lágrimas, los enfados… Todo.
Solo me queda decir, que espero que ahora, tengas tu merecido descanso. Te quiero abuela, has sido la mejor y jamás te voy a olvidar.

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