Me levanto cada día, soñando con ver el cielo azul ante mis ojos, pero al mirar por mi ventana no veo más que cielos grises que llegan más aya de lo que mi vista puede apreciar. Camino sola mientras llueve, sintiendo el frío viento que hace que mi furia interior se calme día tras día rozando mi cara.
Quiero gritar, pero la voz siempre se queda atascada en mi garganta. Sin querer salir, las ganas de expresar un sentimiento mueren en el intento pues mi voz no sale, siempre mirando alrededor y contemplando injusticias que hacen que el mundo se vuelva aun más gris de lo que ya es, queriendo gritar, siempre en cualquier lugar, desahogarme para que así las palabras sean escuchadas por algún alma en pena o que simplemente el viento gélido se las lleve al olvido.
Y es que es todo ya demasiado doloroso como para detenerse a llorar. La rabia es demasiado grande como para alzar el puño. No, ninguna de esas cosas calmaría mi alma, ninguna de esas cosas puede hacer que la paz reine en mi mundo de soledad.
Solo quiero gritar, que alguien escuche el reclamo de una voz torturada que esta cansada, pero que después de todo, lo único que quiere es ser escuchada y que con ello el alma vuelva en calma.
Quiero gritar, pero la voz siempre se queda atascada en mi garganta. Sin querer salir, las ganas de expresar un sentimiento mueren en el intento pues mi voz no sale, siempre mirando alrededor y contemplando injusticias que hacen que el mundo se vuelva aun más gris de lo que ya es, queriendo gritar, siempre en cualquier lugar, desahogarme para que así las palabras sean escuchadas por algún alma en pena o que simplemente el viento gélido se las lleve al olvido.
Y es que es todo ya demasiado doloroso como para detenerse a llorar. La rabia es demasiado grande como para alzar el puño. No, ninguna de esas cosas calmaría mi alma, ninguna de esas cosas puede hacer que la paz reine en mi mundo de soledad.
Solo quiero gritar, que alguien escuche el reclamo de una voz torturada que esta cansada, pero que después de todo, lo único que quiere es ser escuchada y que con ello el alma vuelva en calma.
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