Destrucción. Eso es lo que a pasado con esa amistad, se ha
destruido completamente por un error mío, por un movimiento mal dado.
He destrozado la confianza y la sólida a mistad que tenía
con unas pocas palabras, y yo lo he hecho todo de forma indirecta, porque ese no
era mi propósito, yo solo quería que él no saliera dolido pero lo que he echo a
causado el efecto contrario y con este error, ya son dos las buenas amistades
que he perdido.
Me siento mal, por él, porque en ningún momento mi intención
fue hacerle daño. Por mi, porque se lo que he roto y se que cuando pasan este
tipo de cosas la amistad que pueda volver a formarse ya no es igual, la
confianza no es la misma. Aun que ahora ni siquiera hay amistad, solo hay dolor
y una gran necesidad de alejarse de esto, por lo menos por mi parte, no creo
que estar juntos ahora sea lo mejor ni para ti ni para mi.
Pero tú has dicho que no me vas a ignorar porque no quieres
estar meses pasando de mí para luego ver que has perdido el tiempo. Yo no
quiero estar cerca ahora, y sí, estoy siendo egoísta sobre todo teniendo en
cuenta que soy yo la que ha causado el daño, pero estoy intentando repararlo y
creo que estar cerca de mí ahora no es lo más sensato.
No se si voy a poder aguantar el estar a tu lado y hacer
como si hubiera pasado nada, sobre todo cuando esa confianza, esa conexión que
teníamos ya no existe.
Parece que no hago más que cagarla, intento con todas mis
fuerzas que nadie salga mal parado, pero no lo consigo, y esta vez e sido yo
misma la que a causado esta situación.
Sí, tengo la culpa, pero creo que no hace falta que me
tortures de esta manera. ¿O si? Si quieres ignorarme hazlo, pero no hagas como
si no pasara nada.
Lo siento, te lo he dicho demasiadas veces como para saber
el número exacto, pero te lo vuelvo a decir, lo siento.
Pero del mismo modo que te pido perdón, te aviso de que yo
no voy a jugar al juego de “estamos bien” no voy a estar a tu lado de forma
incomoda solo porque tú no hayas querido decirme que me largue. Si no me dices
que me vaya, me iré yo misma, porque no voy a aguantar un juego estúpido de
felicidad cuando en realidad no quieres ni verme.
Di tú adiós, o lo haré yo… Hasta que puedas volver a mirarme
a la cara sin sentir dolor.