¿Has pensado alguna vez lo que implica querer a alguien?, ¿sentir cariño, amor, respeto hacia alguna persona? Cuando una persona te importa haces cuanto está en tu mano para que sea feliz, porque te ves capaz de hacer cualquier estupidez y de convertirte en un superhéroe para hacer feliz a esa persona.
Los sentimientos son imprecisos, ninguna persona los siente con la misma intensidad, cada héroe tiene una línea que le indica que ya no puede seguir sintiendo más, que no es bueno para él o que simplemente ya no quiere seguir sintiendo con más intensidad.
Cada historia acaba con un punto y final, porque tarde o temprano todo llega a su fin, pero depende de ti decidir como será ese punto, depende de la persona que se a atrevido a sobrepasar la línea que su punto, que su historia, acabe con un “y fueron felices para siempre” o no.
Pero hay veces, en las que nuestros sentimientos nos llevan a detenernos exactamente en el borde de la línea, porque sabemos que haríamos cualquier cosa por esa persona y estaríamos decididos a pasarla. Pero nos da miedo cruzar, y perder. Porque en ese caso el dolor que sufrimos es demasiado grande, nos sumimos en una oscuridad en la que no ves ni un microscópico punto de luz, no ves nada, no sientes nada. Salvo dolor.
Sientes el dolor por a ver sido cobarde y no haber pasado la línea que podía haberlo cambiado todo. Ya no te sientes un superhéroe, si no más bien un ángel caído que ha sido derrotado por algo más fuerte.
Pero, ¿te rindes?, no, rendirse no es una opción, por eso te armas de valor y volviendo a ponerte tu capa cruzas la línea, y la borras. Porque descubres que no hay línea que marque los límites, simplemente descubres que no hay límites, que esos confines son simplemente horizontes inexplorados.
Puedes perder, caerte, hundirte… Pero nunca rendirte. Porque como buen superhéroe que eres te levantas, y sigues luchando contra todo lo que te venga, y sigues firme y sonriente. Y no por que quieras demostrarle nada a nadie, no, sencillamente te levantas porque es tu deber, y porque no quieres permitir que sea el villano el que gane en tu guerra, por eso te levantas, y luchas.
El amor, la amistad, el cariño, el dolor. Son cosas, que nos hacen sen mejores personas porque nos obligan a cruzar la línea para explorar lo que nunca antes nos habíamos atrevido si quiera a mirar. Nos hacen ser más fuertes y nos dan lecciones para que veamos que siempre que queramos algo tenemos que luchar por ello.
En mi caso diré, que crucé esa línea por la amistad demasiado tarde, porque la crucé cuando ya no tuve oportunidad de hacer nada. O eso creía yo. Pero llego el momento en el que no me dio la gana creer algo a sí, por eso, mandé a la mierda a la línea, me levanté, y luché. Y, más o menos, he ganado. Y fue gracias a mi voluntad, gracias a mi sentimiento de cariño, a mi amistad.
